lunes, 24 de mayo de 2010

Bicentenario El país que creemos, que esperamos, que necesitamos...



Es necesario que en este bicentenario nos pongamos a pensar un nuevo país. Debemos tomar conciencia de lo que necesitamos y de lo que nos está haciendo daño. Debemos renunciar a lo que nos está llevando a la “autodestrucción” y fomentar los valores para contruir una patria nueva.

Necesitamos un país con justicia, donde se la administre con equidad, sin mirar a quien se la imparte. Todos debemos ser dignos de justicia, no sólo los ricos y poderosos. Todos debemos ser medidos con la misma vara. Todos debemos cumplir con nuestras obligaciones y si faltamos deberíamos pagar por nuestra falla.
Necesitamos un país seguro, donde podamos caminar tranquilos por las ciudades, sentarnos en las veredas, ver jugar a los niños tranquilos en las plazas. Un país sin tantos alambres de púa rodeando los balcones o los jardínes, sin tantos gastos en alarmas o seguridad privada.
Necesitamos un país previcible. Un país donde podamos invertir sin tener miedo a que el proximo partido politico que asuma el gobierno, “me lo quite todo” o “cambie repentinamente las reglas de juego”. Un país de varias ideologías pero con un solo proyecto, con varias miradas pero con un solo ideal.
Necesitamos un país republicano: Debemos recordar y enseñar los valores de la Republica: la periodicidad en los cargos; la publicidad de los actos de gobierno donde no es posible el secreto de Estado; la responsabilidad de politicos y funcionarios públicos; la separación y control entre los poderes; la soberanía de la ley; el ejercicio de la ciudadanía, “quien pone y depone”; la práctica del respeto, y no la intolerancia, con las ideas opuestas; la igualdad ante la ley; la idoneidad como condición de acceso a los cargos públicos.
Necesitamos un país honesto, con personas honradas, politicos de vocación y no eternos empleados del Estado. Que no suban al Congreso o a la gobernación para enriquecerse. Que los ciudadanos no permitamos más el “Roba pero hace”.Que todos hagamos crecer al “Estado” y no usemos millonariamente al “Estado”. Que cada político gane un sueldo importante por su “gran responsabilidad y por abandonar momentáneamente su profesión”. Pero que no asalten mas al Estado, que dejen tranquilas las Reservas, que declaren sus bienes y que nadie se pueda ir del gobierno a su vida normal enriquecido: Nunca más! Que nunca más salgan del gobierno para ir a declarar enriquecimiento ilícito.
Necesitamos un país educado, son ya muchos los años de prueba en la educación Argentina. En los últimos 30 años: ¿Qué fue un acierto en Educación? ¿Cambiar nombres? ¿Sacar números, poner conceptos? ¿Llevar séptimo a la secundaria o bajarlo a la primaria? ¿Estamos improvisando? Que “de una vez por todas” nos dediquemos a educar, primero a los educadores que son los más importantes. Que volvamos la escuela secundaria una experiencia “útil”. Que volvamos a las bibliotecas, a las clases expositivas, al estudio de nuestro idioma, al respeto al maestro. Que los padres hagan trabajar a la escuela y luego la dejen trabajar tranquila.
Necesitamos un país competente. Que explotemos al máximo nuestras potencialidades, respetando nuestro medio ambiente. Que hagamos un nuevo diagnóstico de nuestras riquezas incorporando en esa lista como primer valor al hombre y la mujer argentina.
Necesitamos un país que se autovalore. Necesitamos volver a ser noticia en el mundo pero no por los escandalos políticos, por los piquetes, por la “avivada”. Debemos reconocernos como un pueblo valioso: artistas, deportistas, científicos, emprendedores, politicos de calidad y valiosos. Que nuestras Universidades Públicas vuelvan a ser una reserva intelectual, un potencial extraordinario.
Necesitamos un país que no se venda. Que limitemos la venta de tierras a grandes capitales extranjeros. Que reservemos, utilicemos y cuidemos nuestro espacio vital, nuestro paisaje, nuestros mares, lagos, ríos, montes, bosques y montañas.
Necesitamos un país popular sin populismos. Que el pueblo sea el objetivo de las politicas de Estado y no más el “objeto”. La peor política es la que abusa de los pobres. Solo valen por el voto, porque son muchos, porque necesitan, porque no tienen mucho que perder. Luego de las elecciones los politicos pasean en yates y sus votantes siguen arrastrando el carro de cartones y el carro pesadísimo de la vida en la incertidumbre...
Necesitamos un país unido. ¿Por qué nos hicieron creer que hay dos Argentinas? ¿Por qué nos enfrentaron? Sómos un mismo pueblo, una misma sangre! Nos une una historia, la música, el origen gringo, criollo, mestizo y aborigen. Es más lo que nos une, que lo que nos podría dividir si nos asalta la enfermedad de la ideología.
Necesitamos un país de diálogo. ¿Por qué hay tanto miedo de escuchar al diferente? Suponiendo que nuestro maximo enemigo quiera hablarnos: ¿Por qué no escucharlo? Necesitamos madurar, volver a mirarnos y reconocernos como hermanos dejando atrás la egolatría de las ideas. Debemos mirar a nuestro alrededor y reconocer a millones de jóvenes y adolescentes que, desorientados, no entienden porque los adultos no podemos encontrar un punto de conexión. Que los periodistas, comunicadores y “opinologos” reflexionen un nuevo código de ética profesional y no solamente el derecho de expresión
Necesitamos un país con humildad: basta de pensarnos y creernos los mejores. Hemos perdido decadas creyendonos los mas importantes del mundo. El progreso nos rodea y nos cuestiona en nuestros propias narices, lejos estamos de ser el país que inconcientemente guardamos en nuestro ego argentino.
Necesitamos un país con ciudadanos que trabajen porque el trabajo es dignidad y los subsidios son denigración. Terminemos con una patria parada donde se usan hasta las últimas reservas con la intención de sostener un cuerpo envenenado sin cultura del trabajo, donde el padre no lleva el pan a la mesa, donde una mujer hace colas interminables con sus hijos para cobrar un dinero que se regala. Volvamos al trabajo, donde todos reciban solo lo que consiguen con su esfuerzo. Pero no excluyamos totalmente, siempre existirán personas que no pueden ganarse el dinero por sus propios medios: por enfermedad, discapacidad, vejez, etc...Para ellos trabajemos y demos una parte de nuestra productividad. Nunca más el “subsidio regalo” o “atadura política” y anclado en punteros, nunca más la dádiva.
Necesitamos un país con campo, tolerante, que perdone, que se autoevalúe, libre de chantajes, un país franco y noble, sereno, progresista
Necesitamos un país creyente, donde se respete la voz de los pastores. Es urgente volver a los valores: la familia, la religión, el trabajo, el sentido patriotico... Un país donde la fe nos anime a seguir en los momentos dificiles. Nadie puede vivir sin fe. Como dice Ernesto Sábato hablando de los valores de “antes”: “...nunca reparé en este tiempo como en aquella frase: DIOS PROVEERÁ. El modo de ser de entonces, el desinterés , la serenidad de sus modales, indudablemente reposaba en la honda confianza que tenían en la vida...”1
Necesitamos una Nación:madura, conciente de sus límites y de sus riquezas, dialoguista. Necesitamos un país unido por las redes culturales del pueblo. Debemos recuperar ese tejido social que tantos años costó a nuestros abuelos y bisabuelos. Debemos volver a las fuentes, a lo que nos hizo crecer, a lo que nos dió la oportunidad de ser un país grande. Necesitamos volver a creer y no renunciar a los ideales por mas dificil que sea la realidad que hoy nos toca vivir.

Hno. German Ceferino Diaz
germansdb@hotmail.com

1 SABATO, Ernesto. “La resistencia” Emecé 2006.- pagina 47.-

No hay comentarios: